A la marea que daña tus ojos
ha dejado de pertenecer al recuerdo-olvido
si incluimos nuestras voces en las sombras que escondes debajo de la mesa
todo podra ser dicho, podremos al fin sentirnos libres y descubrirnos con las manos limpias
aunque nadie diga nada y aquellos tus ojos dejen de bañarse en aguas tristes
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